sábado, 7 de marzo de 2020

Sesión 2: Buscando la mirada del niño

APRENDIENDO A COMUNICARNOS

Objetivos en esta sesión:
  1. Desarrollar estrategias que ayuden al niño a prestar más atención a las personas.
  2. Aprovechar cualquier situación del día a día para establecer un momento de comunicación.
      
     DIFICULTADES PARA COMUNICARNOS:
  • Pudimos ver en la sesión anterior que la interacción entre el niño y los padres en un desarrollo evolutivo normal, tiene lugar de forma natural . Y esto es así porque el bebé viene al mundo programado desde su nacimiento para interactuar con el mundo que le rodea, para explorar y experimentar con los objetos, pero sobre todo, para mirar, oír e interaccionar con las personas que les rodean. Esa es su actividad preferida. Es un ser social por naturaleza y es así, como van descubriendo el mundo que les rodea. 
    Pero, vimos que en los niños que presentan trastornos del desarrollo o TEA esto no es así. Comentamos entre todos lo que nos llama la atención en la forma de interaccionar el niño con la mamá en el siguiente vídeo.


  • Aunque sabemos que cada niño con TEA es único, con un conjunto personal de capacidades y dificultades propias, en mayor o menor medida, todos los niños pequeños con autismo, por definición, se ha podido comprobar que presentan este conjunto de dificultades que hemos ido viendo en el vídeo:
    1.  Les cuesta prestar atención a las personas (COMUNICACIÓN)
    2.  No están motivados por interactuar con otros niños o adultos (SOCIALIZACIÓN)
    3.  Aunque disfrutan con los objetos o juguetes los utilizan de forma inusual o repetitiva y pueden manifestar dificultades a nivel de conducta, tipo rigidez de pensamiento o estereotipias (CONDUCTA).


  • El bebé con TEA no muestra tanto interés como los demás niños por mirar e interactuar con los demás. Las investigaciones apuntan que vienen al mundo menos "sintonizados" hacia el resto de las personas y les parece más interesante y predecible la interacción con los objetos. Con lo cual, el bebé con autismo se pierde muchas de estas oportunidades de aprendizaje social (las caras, los gestos, los tonos de voz…) que son fundamentales para el desarrollo de la comunicación. No comprenden que con su conducta pueden modificar la de los demás. 
  • ¿Por qué ocurre esto? Sólo decir que tiene que ver con dificultades a nivel cerebral, existen áreas del cerebro especializadas en los aspectos del aprendizaje social como el contacto visual y las respuestas emocionales al otro, que no funcionan como sería de esperar. Y se producen, además, menos conexiones neuronales en regiones del cerebro relacionadas con los sentidos de la vista, el oído y el tacto que hacen que el niño no encuentre sentido a las percepciones, a la información que le llega por estas vías por lo que, no son capaces de dar una respuesta ajustada al medio, especialmente, en lo relacionado con el aprendizaje social y la comunicación.
  • Afortunadamente, a edades tempranas el cerebro posee una gran plasticidad y una gran parte de su desarrollo se va a producir después del nacimiento, por lo que con las estrategias y las experiencias adecuadas, podremos acercarlo al camino que se recorre en un desarrollo evolutivo típico. Sabemos que sus formas de comunicación son distintas, muchas veces no son ni naturales ni espontáneas. Vosotros los padres, vais a tener que tener que trabajar para que aparezcan, vais a tener que provocarlas, enseñarlas.
  • Y esto es lo que vamos a empezar a hacer: ayudaros a desarrollar estrategias que os faciliten la interacción con vuestros hijos teniendo como punto de partida la observación. Sabemos que los niños aprenden de las experiencias vividas con los demás. Si ellos, como hemos dicho, tienen dificultades para prestar atención a las personas, tendremos que ayudarles en este aspecto para que no se pierdan ninguna experiencia de aprendizaje. 

 ¿QUÉ HACER PARA QUE EL NIÑO PRESTE MÁS ATENCIÓN A LAS  PERSONAS?

      Descubrir qué le llama la atención.
  • La mayoría de los niños con TEA se sienten motivados a manipular objetos, a realizar efectos de interés con los objetos favoritos. Para poder iniciar interacciones debemos conocer qué le gusta en los diferentes momentos del día. Qué le interesa hacer en la rutina del baño, comida, juegos… momento de parque, antes de acostarse….
  • Nuestro objetivo será generar el mayor número posible de interacciones vinculándolas a las actividades gratificantes y favoritas en los diferentes momentos del día.
      Posicionarse bien para captar su interés.
  • El adulto tiene que ser flexible para buscar la mirada del niño. Ir al encuentro con su mirada Hay que colocarnos de frente, a su altura, cara a cara. De modo que nos pueda ver los ojos y la cara. El rostro es fundamental para entender las intenciones, sentimientos y expresiones de los demás .Los niños con TEA no se fijan en los demás y esto les dificulta poder entendernos. Hay posturas de los niños que facilitan el encuentro con la mirada del adulto:
    • Tumbado boca arriba- en momentos de cambio de pañal, de juegos interactivos en la cama, sofá. Nos va a permitir conectar con su mirada más fácilmente.
    • Tumbado sobre las piernas del adultos en momentos de cosquillas, canciones con las manos y dedos…
    • Sentados en el suelo o en una silla en momentos de juegos con los objetos. El adulto se colocará enfrente a su misma altura.
    • Momentos del baño, es conveniente que estemos de rodilla y enfrente para que nos vea mejor.
    • Sentados en” puf de bolitas” los niño pueden sentirse cómodos para ver una cuento o para cantar.
    • Sentados en la trona para comer. El adulto se situará en otra silla enfrente de él para interaccionar mientras le ofrece la comida.
    • De pie .Debemos cuidar la posición del adulto, bajando a su altura y colándonos enfrente al vestirles, y desvestirles, al ponerles el abrigo… Cuando se dirigen a nosotros para mostrarnos algún objeto…
     Definir la zona óptima de confort social.
  • La distancia natural para que un niño se sienta a gusto suele ser la distancia que corresponde cuando alargamos el brazo y podemos tocar la cara del niño y los objetos que se encuentran entre nosotros. Si observamos que nuestra cercanía le incomoda debemos alejarnos y acercarnos progresivamente. Observaremos sus comportamientos de rechazo ( da la espalda, retira la mirada…) respetándolo.
  • Con los padres está distancia, en muchos casos, no es tan importante. El vínculo emocional les permite mayor aceptación.
     Eliminar distracciones.
  • Sabemos las dificultades de integración sensorial que muestran los niños con TEA, es importante cuidar el ambiente, eliminando todos los distractores del niño en los momentos de interacción. LA TV, ordenadores, tablets pueden dispersarles por los efectos de luz, color, sonido….
  • El exceso de juguetes, no les permite centrar su actividad. Es preferible ordenarlos en cajas transparentes. En las situaciones de interacción con una persona es preferible respetar este tiempo sin intrusión de otros.
     Unirse al interés del niño y a su iniciativa.
  • Vamos a practicar cómo prestar atención a lo mismo que el niño, en lugar de dirigirles. Tendremos en cuenta: La escucha activa (colocarnos delante, contacto visual); narrar lo que observamos añadiendo sonido, palabras, frases cortas; ofrecer ayuda e imitar las acciones del niño.
  • Seguiremos en la próxima sesión desarrollando estas estrategias, en especial ésta última, la imitación, y llevándolas a la práctica del día a día.
  • TAREA: Practicaremos todos estos pasos sobre una de las actividades o juegos favoritos que durante estos días, habéis observado en vuestro hijo/a.

         Seguimos reflexionando: La familia extensa, ¿una ayuda o una carga?



Cuando se descubre que un niño presenta alteraciones en el desarrollo de la comunicación e interacción, se necesita tiempo para comprender, aceptar y afrontar el diagnóstico y las implicaciones que las dificultades conllevan.

Es conveniente contar con una red de apoyo y ayuda a través de profesionales, asociaciones familia, amigos…
La familia extensa, al igual que los padres, necesita tiempo para entender las dificultades; en ocasiones su implicación emocional les impide poder asimilar la situación. Para poder ayudar, física y emocionalmente, tienen que conocer y estar informados del proceso que se está siguiendo y de las estrategias que se utilizan. Los profesionales que intervienen con los padres y el niño, pueden transmitir esta información para ayudar en este proceso.

Aunque en todo momento, y teniendo en cuenta lo mejor para su hijo, las decisiones las van a tomar los padres, tenemos que tener en cuenta los beneficios que para el niño supone vivir diferentes contextos sociales. Puesto que se aprende en interacción con los demás, otros miembros de la familia (abuelos, primos…), pueden proporcionar valiosas oportunidades de aprendizaje.

Tal vez, no proporcionen la misma respuesta que los padres o no actúen de la misma manera con el niño, pero, pueden aportar nuevos contextos de relación. Si bien, es cierto que, tendremos que tener en cuenta las características personales de cada niño y tomar las medidas adecuadas: reducir los tiempos de visita (no todo el día, unas horas), variar el lugar donde se celebra la reunión (mejor en casa del niño porque es un entorno conocido), el número de personas en la reunión…             
 De forma gradual podemos ir ampliando las variables mencionadas.

Ante todo, no podemos olvidar que son niños y tienen que vivir experiencias diferentes acompañadas de un adulto de referencia.