viernes, 26 de abril de 2024

Autismo y desorden en el procesamiento sensorial


Las personas con TEA tienen, en un 95%, algún desorden o trastorno del procesamiento sensorial. Tal es así, que el DSMV (manual de diagnóstico) incluyó esta alteración en el procesamiento sensorial en su descripción del comportamiento autista.

Esa alteración sensorial puede ser una de las causas del comportamiento que a veces presentan las personas con autismo y que puede parecer “desajustado”, bien porque no es propia para la situación y edad del niño o por la intensidad y frecuencia (pegar, salir corriendo, chillar, rabietas intensas, morder)

VÍDEO: Vemos un vídeo que nos va a ayudar a entender cómo se puede sentir un niño cuando su procesamiento sensorial no es el adecuado y los grandes esfuerzos que tiene que realizar para autorregularse. 

 

 Contestamos a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué le pasa al niño?
  • ¿Cómo se siente?
  • ¿Se esfuerza por controlarse?

TODOS PONEMOS DE NUESTRA PARTE: Es importante que como padres, vayamos aprendiendo algunos aspectos básicos de la integración sensorial para poder observar estas manifestaciones desde otra perspectiva y comprender un poco el por qué de su comportamiento. A partir de ahí,  podremos prevenir y modificar el ambiente y facilitar el día a día de nuestros hijos. 
Ellos ya hacen un esfuerzo de adaptación muy grande, nosotros también tenemos que poner de nuestra parte y adaptar el entorno según sus características sensoriales favoreciendo así la dinámica familiar.

Aunque la integración sensorial es un tema bastante complejo, muy desconocido todavía, sin embargo el procesamiento sensorial es la base de multitud de tareas complejas a las que se enfrenta un niño en su desarrollo. 
 
Como se puede ver en esta imagen, el desarrollo sensorial está en la base de la pirámide del desarrollo y va perfeccionándose durante los dos primeros años de vida. En este periodo el niño aprende a interpretar la información que recibe a través de los sentidos como: la planificación del movimiento (praxias), el equilibrio, el esquema corporal y la integración sensorial. Y sobre esta base se apoyan otras habilidades más complejas como la atención, la motricidad fina o la autonomía.


Si el desarrollo de los sentidos y la integración de la información que éstos nos proporcionan no se desarrolla adecuadamente, el resto de habilidades que se sustentan sobre ellas, podrán verse más o menos afectadas pudiendo llevar a que el niño tenga una conducta desadaptada que se manifieste a la hora de aprender, hacer amigos, elaborar juego, ser autónomos para lavarse las manos, vestirse...

En el caso de los niños con autismo, hay estudios que demuestran que un porcentaje muy alto de ellos presenta desórdenes de la integración sensorial que hace que su comportamiento interfiera de alguna forma en la vida diaria del niño, en su día a día y por lo tanto en la dinámica familiar (por ejemplo en cortarse las uñas o el pelo, ir a supermercado, ir a un lugar con mucha gente, etc.). 
En otros casos, los niños pueden tener simples preferencias sensoriales, pero no llegar a impactar en su día a día. 

 

EL PROCESAMIENTO SENSORIAL

Es el proceso mediante el cual nuestro SNC (sistema nervioso central) recibe la información a través de los sentidos, la organiza e integra y emite una respuesta. De ahí que realmente parezca lógico que el desarrollo sensorial esté en la base de la pirámide del desarrollo del niño.

SENSACIONES: Nuestro cerebro está recibiendo constantemente información del cuerpo y del entorno a través de los sentidos.
ORGANIZACIÓN EN EL SNC: Nuestro SNC lo procesa (lo organiza, lo filtra, lo integra y prioriza unos estímulos frente a otros, prestando más atención en ellos).
RESPUESTA ADAPTATIVA: Emite una respuesta en función del estímulo (ej: si sentimos un hormigueo en la pierna miramos si es un bicho, si escuchamos un fuerte ruido nos giramos).

Umbrales de sensibilidad: HIPER O HIPO.

A la hora de percibir las sensaciones hay un rango de intensidad habitual en el que las personas “neurotípicas” se mueven, de forma tal que no presentan dificultad. Sin embargo, las personas en el espectro y otras con desórdenes sensoriales pueden salirse de ese rango, presentando hipo o hiper sensibilidad en uno o varios sentidos.  

  • La hipersensibilidad significa que las personas sienten con mayor intensidad las sensaciones que reciben a través de los sentidos, incluso hasta sentir dolor. Estas personas tenderán a evitar esas sensaciones. 
  • La hiposensibilidad significa que sienten menos estímulos de los necesarios para realizar ciertos aprendizajes, por ejemplo, las sensaciones corporales para desarrollar su motricidad gruesa. Es frecuente que en estos casos, las personas busquen más intensidad en las sensaciones.    

Teoría del embudo cortical  por Daniel Millán López

El cerebro neurotípico es como un embudo. Cuando llega la información que proviene de los sentidos, el cerebro prioriza los estímulos más relevantes a los que prestará atención en cada momento, y el resto de las sensaciones las deja latentes, no es que las deje de recibir, pero las limita.

De esta forma una persona neurotípica puede en el centro comercial (como veíamos en el vídeo) en el que hay gran cantidad de estímulos, mantener una conversación sin hacer esfuerzos especiales para atender a la misma y sin saturarse por el resto de los estímulos.

El cerebro autista en cambio no hace ese embudo, no prioriza y recibe todas las sensaciones con la misma intensidad. Eso hace que el cerebro se bloque y se sature. Por esta razón, en lugares como un centro comercial, las personas autistas se pueden desregular o no poder atender a una conversación.    
      

NIVEL DE ALERTA   

El nivel de alerta óptimo es el nivel de activación mental y física que precisa una persona para afrontar la actividad que estamos realizando de la mejor forma posible.

Por lo general las personas nos movemos en una franja que irá cambiando en función del horario. Lo normal es que por la mañana o después de comer estemos más relajados y durante el día más más activos.

 


Todos nos podemos salir un poco de estos niveles de alerta por arriba o por abajo, de forma puntual. Ejemplo: Si no he dormido bien, me costará más afrontar las tareas, si en cambio estoy en un examen mi nivel de alerta sube.

Como adultos nosotros nos vamos conociendo y aprendiendo a regularnos y a mantenernos más o menos en este rango. A cada persona le regulan cosas diferentes según su perfil sensorial. Hay gente que le regula leer un libro y a otros salir a correr o tocar un instrumento. 
También es frecuente que hagamos movimientos que nos regulen y que son socialmente aceptados (mover una pierna, tocarse el pelo, morder un bolígrafo o incluso las uñas). Las personas con autismo también tiene movimientos que les ayuda a regularse, es lo que se ha llamado estereotipias. 
Las estereotipias no son aceptadas socialmente y por eso durante décadas se ha intentado que las personas autistas no las realicen.

Es frecuente que los niños en el espectro autista pasen demasiado tiempo fuera del rango medio, es decir, estén desregulados:
  • Si está por abajo: parece que está todo el rato en las nubes, necesita mucho tiempo para procesar y ejecutar las acciones y le cuesta prestar atención.
Ej: le doy los zapatos para que los guarde y me voy. Al volver a los 5 min sigue con los zapatos en la mano, exactamente igual que cuando nos fuimos. También os puede pasar que le preguntéis algo, no conteste ni os mire y que necesite que le toquen para que os atienda.
  • Si está por arriba: estará irritado, nervioso, no puede prestar atención. Está a todo, trepa, habla, se mueve sin parar, se gira con cualquier ruidito, y puede puede presentar conductas de evitación o defensa (salir corriendo, morder, arañar...).
La intensidad con la que percibe las sensaciones hará que se encuentren por arriba o por debajo y a su vez puede suceder que las mismas sensaciones provenientes de otro sentido los pueda ayudar a volver al rango medio. 

TENEMOS 8 SENTIDOS


Normalmente uno piensa que tenemos 5 sentidos, pero realmente son 8 las vías a través de las que recibimos la información del entorno.

SENSIBILIDAD AUDITIVA    
 
Es frecuente que los niños en el espectro perciban los sonidos con mayor intensidad, hasta el punto que pueda causarles dolor.
"Mi sentido del oído es como si llevase un audífono con el volumen bloqueado en “super-alto”. Es como un micrófono abierto que lo recoge todo. Tengo dos opciones: encender el micrófono y abrumarme con tanto sonido, o desconectarlo" (Temple Grandin).

                          

SENSIBILIDAD VISUAL

Es frecuente ver a niños en el espectro autista que se estimulan visualmente como forma de relajación: miran la arena caer frente a sus ojos, mueven sus manos u otros objetos delante de sus ojos...
También es frecuente que haya niños con hipersensibilidad a la luz natural o artificial. Esto les puede aumentar el nivel de alerta. Algunos niños aprenden a evitar esta sensación cerrando un poco los ojos. 
                     
                       

SENSIBILIDAD OLFATIVA-GUSTATIVA 
 
Habrá niños que busquen especialmente los olores y lo huelan todo. Otros en cambio puede que reciban mucha intensidad del aroma (hipersensibilidad) y esta sensación les resulte muy desagradable. 
El olor está íntimamente relacionado con la alimentación. Si algo no nos huele bien, no podemos comerlo, de ahí todos los problemas de alimentación que tienen algunos niños.
 

SENSIBILIDAD TÁCTIL

Podemos ponernos tapones y dejar de oír o ponernos un antifaz y quitarnos la luz, pero no podemos dejar de sentir. Además la piel es el órgano más grande del cuerpo...y esto no es un problema, excepto en el caso de los niños que no regulan bien la información que reciben a través de este sentido.


Hipersensibilidad táctil:  
La hipersensibilidad táctil produce irritabilidad dado que sienten sensaciones desagradables en la piel, es como si lleváramos todo el día unos zapatos que molestan, es inaguantable. Reaccionan de manera exagerada ante sensaciones que la mayoría de la gente ni siquiera notaria, o que al menos no le molestaría.
 
 

Hay determinadas telas que les molestan más que otras, algunos niños prefieren elegir ellos la ropa o incluso vestirse solos. Es frecuente que les molesten las medias, los calcetines, los vaqueros y las etiquetas de las prendas de vestir.
También pueden tener zonas especialmente sensibles y esto hace que nos resulte difícil afrontar retos cotidianos: cortar las uñas, peinarse o lavarse los dientes.

Es frecuente que estos niños sienta malestar al mancharse o al caminar descalzos en la hierba o la arena y tiendan a evitarlo o se quieran limpiar inmediatamente. 
 
    

Cuando comemos también estamos recibiendo mucha información táctil. Por un lado, solemos mancharnos, lo que les puede molestar. Otros además pueden rechazar los alimentos por la temperatura o la textura. En otros casos lo hacen por el color, pero en este caso se explica por un tema de rigidez mental.

La piel está íntimamente relacionado con el desarrollo afectivo, las personas nos abrazamos para demostrar afecto, nos acariciamos y nos tocamos. Estas sensaciones pueden resultarles desagradables si no las controlan ellos. 
Esto no supone que no el niño no se deje abrazar o que él no abrace, pero él necesita decidir cuándo y cómo. Debe anticiparlo. Si alguien se le acerca demasiado o le toca inesperadamente puede provocarle comportamientos de defensa: empujones o huida. Por eso es frecuente verlos en las aulas por las afueras del grupo, retirado, no le gusta estar en el mogollón.

          

Según como se le toque puede resultarle incluso agradable. A estos niños no les suelen gustar las caricias suave y en cambio prefieran el tacto profundo (que se les apriete fuerte).

 

Hipo sensibilidad táctil:
Recibir poca información a través del sentido del tacto puede dificultar el desarrollo de la motricidad fina. Es como intentar escribir con un guante de nieve, no sabremos cómo lo estamos cogiendo, necesitamos ver para saber cómo hacerlo.
Los niños con hipo sensibilidad táctil suelen ser buscadores de sensaciones. Necesitan más intensidad de ese estímulo.
 

Cuando pintan o comen lo hacen con todo el cuerpo. A veces chupan objetos o las camisetas. También suelen ser muy tocones

SENTIDO PROPIOCEPTIVO:

Es el sentido de la posición. Informa al cerebro de la ubicación de las distintas partes del cuerpo y de lo que están haciendo en cada momento. De esta forma, el cuerpo se adapta continuamente a nuestro entorno sin ser plenamente consciente de ello. Este sentido nos permite saber cómo está colocado nuestro cuerpo sin verlo o adoptar una posición concreta con los ojos cerrados.  
 
¿Qué implicaciones tiene este sentido? Si no sentimos bien nuestro propio cuerpo y el movimiento, nuestro esquema corporal no puede ser bueno, nuestras acciones no son buenas, especialmente si no vemos, porque la vista nos ayuda a completar la información que no recibimos de nuestro propio cuerpo.

Por ejemplo, para beber de un vaso de agua, sabemos exactamente cuánto tenemos que estirar el brazo para cogerlo de la mesa y llevarlo hasta los labios, así como la fuerza necesaria que tenemos que hacer para que no se nos caiga y cuánto tenemos que girarlo. No haremos la misma fuerza si es un vaso de cristal grande que uno pequeño de plástico, o si está más o menos lleno.
Los niños pequeños cuando empiezan a coger los brick de zumos, los yogures o los plátanos en sus primeras experiencias espachurran los botes porque no saben la fuerza que deben emplear. Sin embargo, tras la experiencia aprenden a ajustar su fuerza. Lo extraño sería que a un niño de 7 años le siguiera pasando esto.

Características de los niños con bajo registro propioceptivo:

Son niños que buscan constantemente esa información, no paran quietos: saltan, corren, empujan a los amigos, mastican la ropa, usan demasiada fuerza, y suelen tener problemas de atención. 
También afecta al control postural, estando sentados se mueven constantemente en la silla. Están mejor sentados en sillas de su tamaño, con los pies y la espalda bien apoyada, o en el suelo con cojines en la espalda.

 

Características de los niños con un alto registro propioceptivo:

Son niños que evitan esa información, tienen pobre conciencia corporal, pueden ser descoordinados, torpes, se golpean, arrastran los pies al caminar, se tumban en el suelo cuando están cansados y pueden tener dificultades en el espacio. 
Suelen rechazar actividades motoras, se les hace bola la comida, prefieren alimentos blandos, parece vago, necesitan mirar para hacer cosas como subir los escalones o encontrar algo en la mochila...

 

SENTIDO VESTIBULAR:

El sistema vestibular es el sentido del movimiento y del equilibrio. El vestíbulo es un órgano sensorial oculto en el oído interno que detecta los movimientos de la cabeza y su posición cuando el cuerpo se mueve. Nos permite saber dónde está nuestro cuerpo en el espacio, si somos nosotros los que nos movemos o es nuestro entorno y a qué velocidad se produce ese movimiento. 
En resumen: nos informa en relación al movimiento y su dirección, el grado de aceleración y desaceleración y cómo estamos posicionados en relación al suelo. Es el sentido que más envejece.  
 
Por ejemplo, si nos tiramos en trineo, en la medida que sentimos que la velocidad aumenta, podemos sacar un pie e ir frenando, pero si no nos damos cuenta de ello no tomamos esa precaución. Por tanto, tendremos más accidentes.

Características de los niños con alto registro:

Si reciben mucha información, la evitan: por ejemplo, tienen miedo al columpio, a tirarse por el tobogán, a tener los pies en alto, miedo las escaleras, si hay niños corriendo se ponen a salvo, se marean en el coche, no le gusta que le tumben para cambiar el pañal o que le lancen por el aire, les da miedo los movimientos muy exagerados, pueden parecer tozudos.

 

Características de los niños con poco registro de información: 
 
Son niños que la buscan: no tienen miedo a nada, saltan desde cualquier lado, tiene accidentes frecuentemente, corren en vez de andar, nunca tienen suficiente movimiento, les encanta dar vueltas y estar bocabajo.

         

Este sentido tiene mucha implicación en el aprendizaje, pueden tener dificultades con la escritura, con la organización y orientación espacial, les cuesta hacer puzzles, se pierden para ejecutar una orden de varios pasos, tienen problemas de equilibrio o bilateral (atar los cordones, usar la tijera, montar en bici, tono muscular bajito), juegan a dar vueltas

SENTIDO DE LA INTEROCEPCIÓN

Muchos niños con autismo presentan mucha dificultad para percibir estas sensaciones que provienen del interior de nuestro cuerpo y pueden estar todo el día comiendo hasta ponerse malitos (mucha relación entre el TEA y los Trastornos de Conducta Alimentaria) o no saber por qué les duele la tripa (no haber comido, no ir al baño,…). 
En muchas agendas que utilizan los adultos para organizarse en el día, apuntan los vasos de agua que beben o se ponen alarmas para las comidas.
 

Igualmente, presentan dificultad para interpretar las señales de enfermedad y se utilizan paneles con imágenes para que puedan identificarlos en su propio cuerpo. Es muy importante hacer visibles todavía más con nuestros hijos esas señales para ayudarles a irlas percibiendo y, sobre todo, gestionarlas.

VÍDEO: Vamos a ver un vídeo a continuación donde vais a poder entender mejor todo esto que os hemos explicado con varios ejemplos de niños que reciben mucha información (hipersensibles) y otros que buscan esa información o sensación (hiposensibles). 
 



Realizamos una dinámica en grupos separados. Comentamos si hemos observado alguna de estas características mencionadas en nuestros hijos y qué estamos haciendo para solventar estas dificultades.  

 ¿QUÉ PODEMOS HACER LOS PADRES PARA AYUDARLES: Observar

1. Qué preferencias sensoriales tiene el niño y ofrecer experiencias variadas para ayudar a interpretar las sensaciones: sin forzar, desde el juego. Por ejemplo:

Trabajar con diferentes tipos de luz, utilizar muchos materiales táctiles (masas, pinturas), ofrecerles materiales que trabajen el sistema vestibular y la propiocepción como columpios, balancines, toboganes, darles materiales que puedan apretar y relajarse (pelotas antiestrés).

 


2. Qué cosas pueden desregular: ruido, sensaciones táctiles, exceso de luz, determinados tipos de movimientos... Para intentar evitar el exceso de esos estímulos.
Si a mi hijo el ruido le altera, ir a una fiesta llena de gente en una sala con una acústica horrible lo alterará, o ir a un restaurante...
 


3. Descubrir cómo calmar: cada niño es un mundo, hay niños a los que les calma la presión profunda, meterse en espacios pequeños, morder la ropa o cualquier objeto, dormir con una manta muy apretada o todo lo contrario sin manta…Hay algunas cosas que les calman que son fáciles y seguras y otras que pueden incluso suponer un peligro (comerse todo lo que pillan...)    
 
 


Hoy en día, hay muchas cosas que podéis comprar o construir para ayudar a vuestros hijos a calmarse: utilizar materiales para apretar o doblar, spiners que dan vueltas, relojes de aceite, mordedores, crear un espacio tranquilo y recogido en casa, usar pinceles si no les gusta mancharse, cascos si le molesta el ruido, tener un kit de la calma siempre a mano...




 
Podemos darle opciones que le permitan tener las sensaciones necesarias estando sentado.

          


5. Ofrecer alternativas/ evitar algunas situaciones: Si a mi hijo el ruido le altera, ir a una fiesta llena de gente en una sala con una acústica horrible lo alterará, o ir a un restaurante lleno de gente, quizás podemos ir de picnic al campo... 
 
Siempre es interesante llevar un Kit calmante como recomiendo Anabel Cornago que les ayude a afrontar estas situaciones que les provocan estrés. 


Cuando es inevitable ir a un sitio o un evento y se produce un momento de estrés ¿Qué podemos hacer?


Cuando consideremos que nuestro hijo tiene una alteración en el procesamiento sensorial que le impide realizar su vida con normalidad os recomendamos realizar una Terapia de Integración sensorial con un Terapeuta Ocupacional especializado.

 

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