jueves, 26 de abril de 2018

CUARTA SESIÓN TALLER DE COMUNICACIÓN: 26 ABRIL 2018

APRENDIENDO A COMUNICARNOS
 

     Objetivos en esta sesión:

             1.  Reconocer y valorar la importancia de la intención comunicativa en las interacciones.
             2.  Identificar para qué se comunican nuestros hijos: pedir, protestar, compartir, demandar
                  atención...       
             3.  Generar estrategias que provoquen la intención comunicativa en los distintos momentos
                  del día.

    2.  LA PETICIÓN: 
  •  Al principio surge en torno a la satisfacción de las necesidades primarias del niño: alimentación, sueño, afecto o consuelo...Es el instrumento necesario para que el niño introduzca modificaciones en el mundo físico que le rodea. Para ello, el niño, atraviesa diferentes etapas:
               -   Etapa de los intereses propios: no piden, envían mensajes directamente a otros. Por
                   ejemplo: Quieren salir....Se ponen delante de la puerta pero no hace nada más.

               -   Etapa del pedidor: Instrumentalizan al adulto cuando desean algo y saben que por sí
                   mismos no lo conseguirán. Por ejemplo: Te llevan (empujan), llevan tu mano.
                   Es el momento de enseñarle a señalar moldeando el dedo índice y tocando el objeto
                   de su deseo a modo de "más".

               -   Etapa del comunicador: Inician la petición. Son conscientes y utilizan el gesto o la
                   palabra.                                                                                                    
                                          SEÑALA                                  INSTRUMENTALIZA
  • Los niños se comunican de distintas maneras: el llanto, la mirada, llevándonos de la mano, con gestos, levantando los brazos, con alguna palabra...pero lo realmente importante es lo que nosotros hacemos:
         Dar oportunidad: no anticiparnos a sus deseos, darle tiempo para elaborar su petición.
         Muchas veces nos anticipamos, queremos enseñar el gesto de señalar cuando el niño todavía
         no es capaz de comprender para qué sirve ese gesto. Debemos observar de qué es capaz el 
         niño y tomárnoslo con tranquilidad dividiendo este objetivo en pasos.
         Posteriormente, podremos ir enriqueciéndolo en función de sus competencias.
                Por ejemplo, si nuestro hijo levanta los brazos en dirección al objeto deseado, éste es un 
                primer paso. Después vamos ajustándolo, le modelo para que saque el índice y le pongo  
                palabra: ¡si agua, ¿quieres agua, verdad cariño?
  • En ocasiones los niños tienen palabras, incluso pueden tener un vocabulario muy extenso, pero sólo lo utilizan para denominar, no entienden la funcionalidad del lenguaje. Nosotros debemos hacerle entender que estamos ahí, que estamos interesados en lo que dice y después ir ajustándolo. 
                 Por ejemplo, podemos aprovechar los momentos en los que el interés por su parte está 
                 muy definido para modelar y enriquecer sus emisiones: ¡Si el chupete, toma cariño, 
                 chu-pe-te!.

  • Provocar la petición: cuando la capacidad de interacción social está muy afectada, ellos buscan sus estrategias para conseguir por sí mismos lo que desean.
          Debemos establecer rutinas que ayuden a crear la necesidad, poner al alcance de su vista
          aquello que sabemos que va a necesitar o desea y crear situaciones que nos permitan trabajar
          la  petición.

          ¿Qué estrategias podemos poner en marcha para generar las peticiones en el niño?
                 -  Colocando objetos de su interés (comida, juguetes...) a la vista pero fuera de su alcance.
                 -  Colocando objetos de su interés en cajas transparentes que le permiten ver el objeto de
                    deseo pero no sabe cómo abrirlas.
                 -  Ofreciéndole juguetes atractivos que necesiten de la ayuda del adulto para ponerlos en
                    marcha o jugar con ellos (pompas, juguetes de cuerda...)
                 -  Ofreciéndole comida de su agrado (gusanitos...) poco a poco para que nos pida más. 
  • El nivel de exigencia en la respuesta ante la situación generada dependerá del nivel de comunicación de cada niño. Para algunos será suficiente que se acerque al lugar donde está el objeto de deseo, a otros le pediremos, por lo menos, que instrumentalicen al adulto para conseguirlo, otros serán capaces de señalar y otros incluso de nombrar. Insistimos, debemos adaptarnos a su nivel de comunicación e irle pidiendo un poquito más cada o nos anticipamos: observamos y ofrecemos respuesta.

     3. FUNCIÓN INTERACTIVA:
  • Es el placer de estar con otros, de interactuar con los demás, de contar, de llamar la atención de los que nos rodean. Sirve para iniciar, mantener o interrumpir la coherencia de la comunicación.
  • Aparece en este momento una nueva habilidad en el niño muy importante que es la atención conjunta, es decir, la habilidad para compartir atención con otras persona mientras ambos están mirando el mismo objeto o realizando una actividad. Y es un hito fundamental en su desarrollo porque supone que ha ampliado sus intereses, ya no sólo le interesan los objetos y sus acciones con ellos, si no las personas y sus reacciones.

         

       Distinguiremos dos aspectos en la atención compartida.
                -   Respuesta: es decir, el niño muestra interés (verbal o no verbal) hacia las vivencias,
                    actividades o situaciones de juego de otras personas.
                -   Iniciativa: es decir, el niño comparte, le muestra o hace partícipe a otra persona de la
                    actividad que está realizando. Por ejemplo, muestra orgulloso algo que está haciendo y
                    busca la mirada de los papás.

      Ejemplos sencillos para provocar la atención compartida:
  • Primeros juegos.
  • Juegos de cucú-tra (aparezco y desaparezco), juegos de carreras (que te pillo, corre corre...), juegos de toma y dame, de esconder objetos, etc.  
  • Señalar:
  • Señalar un objeto de interés es atención conjunta. Una forma de ayudar a desarrollar la atención conjunta es hacer este tipo de comunicación más concreta: tocar el objeto que estés señalando en lugar de señalarlo desde lejos. Una actividad que puede contribuir al desarrollo de la atención conjunta es crear situaciones en las cuales sea probable que ésta ocurra. Por ejemplo, ver libros de dibujos es una actividad que a menudo implica atención conjunta. A la vez que veis el libro, señala la imagen y nómbrala. Esto demostrará al niño una forma de atención conjunta que puede copiar.
  •  La caja de las sorpresas:
    Crear sorpresa también promoverá la atención conjunta. Hay diversos modos de hacer esto. Puedes poner distintos juguetes que sean atractivos para el niño en una bolsa y por turnos ir sacándolos de la bolsa.
  •  Esconder juguetes:
    También puedes esconder esos juguetes en distintos lugares de la casa y jugar a buscarlos. Cuando encuentre el juguete o lo saque de la bolsa, exagera tu reacción, mira al niño, señala el objeto y haz una declaración verbal simple como “¡Mira, un helicóptero”.
  • Crear situaciones en las que ocurra algo inesperado:
    También puedes crear situaciones en las que suceda algo inesperado. Utiliza la imaginación para hacerlo. Por ejemplo, si tiene un juguete a control remoto, puedes activarlo cuando el niño no esté pendiente de él. De nuevo, creando este tipo de situaciones, ofrece oportunidades para practicar la atención conjunta, antes que esperar que esas circunstancias aparezcan de forma natural.
  •  Los gestos sociales:
    Modelarle y enseñarle a decir hola, adiós, no...porque le sirven par participar en los contextos sociales y regular el comportamiento de los demás.



    Debemos estar atentos porque llega un momento en que son ellos los que toman la iniciativa y provocan la interacción:
                   -   Cuando te muestran o traen objetos porque quieren jugar.
                   -   Señalan para que les des información y le digas qué es, cómo se llama...
                   -   Dicen hola o saludan con la mano por iniciativa propia.
    Cuando ya posea un cierto nivel de interacción (usan gestos y palabras) y comprensión de  dichas situaciones, es el adulto el que debe introducir modificaciones que provoquen una respuesta  por su parte:
                   -   Cometer despistes: Le ponemos los zapatos antes que los calcetines
                   -   Fingimos que no oimos lo que él oye: Suena el timbre pero no reacciono.
                   -   Creo situaciones sorpresa. Coloco un objeto en un lugar equivocado.

    Lo que pretendemos es que de alguna manera, comparta su interés conmigo y a medida que   sea capaz de interaccionar mejor introduciremos la figura del compañero o amigo aunque al principio el adulto seguirá interviniendo como mediador de la comunicación.

    CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA:

    1. Debemos ser conscientes de las competencias del niño y ponerle retos ajustados a sus posibilidades. Quizás necesitará "andamiaje" en un principio pero, a medida que veamos que es capaz, iremos retirándonos.
    2. Es importante que les demos tiempo para poder abordar estos retos por sí mismos. Y que ajustemos las expectativas.
    3. Los avances muchas veces son cualitativos no cuantitativos. Lo importante no es la meta final sino los pequeños avances que se van consiguiendo. Para ello es necesario plantearle pequeñas metas.
    4. La vida es ensayo-error, si la estrategia que estamos poniendo en marcha nos falla debemos intentar otra. No hay recetas mágicas".
    5. El moldeamiento es una de estas estrategias: nosotros le ayudamos a realizar el gesto, siempre asociándolo a la palabra y lo iremos retirando poco a poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario